Cine para niños: la poderosa herramienta de Caleidoscopio

¿Sabías que el cine puede ser una herramienta poderosa para dar voz a los niños y niñas? Tania Huidobro y Rodrigo Verazaluce, dos cineastas apasionados, están llevando esta alternativa a través de su iniciativa llamada Caleidoscopio. Recientemente, tuve la oportunidad de ver su charla TED donde compartieron sus experiencias y logros en comunidades de México.

¡Hola! ¿Cómo estás? Hoy quiero compartir contigo una experiencia muy inspiradora que descubrí en un video de una charla Tedx. Se trata de un proyecto llamado Caleidoscopio, un taller de vídeo participativo con niños y niñas. Los creadores de este proyecto, Tania y Rodrigo, creen firmemente en el derecho de todos a expresarse libremente y compartir sus propias historias.

Tania nos cuenta que siempre ha sentido pasión por el cine y la libertad de pensamiento. Sin embargo, nunca encontró su lugar en los medios tradicionales hasta que conoció a Rodrigo, quien la introdujo al mundo del cine y la imagen en movimiento. Fue entonces cuando decidió contar historias desde las voces menos escuchadas: las de los niños y las niñas.

Ella se especializó en el uso de la cámara y siempre está filmando y produciendo. Su objetivo es hacer historias tanto ficticias como documentales o animaciones, porque cree firmemente que el cine es una herramienta fantástica para transformar y educar a la sociedad.

Coincidiendo con el inicio del proyecto Caleidoscopio, Tania también se convirtió en madre. Esto despertó su interés por conocer las verdaderas necesidades de los niños para poder educar a su hija adecuadamente. Muchas personas le dijeron que tenía un talento natural para trabajar con niños, aunque ella confiesa que al principio no se sentía cómoda con ellos debido a su energía inagotable e interminables preguntas.

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Sin embargo, reflexionando sobre esto, Tania se dio cuenta de que vivimos en un mundo diseñado principalmente para adultos. Las casas están adaptadas solo para ellos, los espacios públicos no son amigables para los niños y las niñas, y los medios de comunicación crean contenido dirigido a ellos pero sin darles la oportunidad de crear sus propios contenidos.

En el taller, Tania y Rodrigo se dieron cuenta de que los niños tienen una imaginación increíble y una visión auténtica del mundo. A través del cine, ellos pueden expresar lo que les preocupa, lo que les gusta o lo que no les gusta. El cine se convierte así en una herramienta para conocer otros mundos y otras personas.

El proyecto Caleidoscopio ha llevado a Tania y Rodrigo a trabajar con diferentes comunidades en México. Han conocido gestores culturales, facilitadores educativos y sobre todo, han tenido la oportunidad de escuchar las historias de los niños y las niñas con quienes han trabajado.

Recuerdan un taller en Matamoros donde conocieron a Marta, una gestora cultural comunitaria, y a Doña Cata, una facilitadora del CONAFE. Trabajaron con niños y niñas que vivían rodeados de maquiladoras con problemas de salud. Allí conocieron a Abraham, un niño apasionado por escribir historias quien adaptó la historia contada por Sugey sobre un muñeco diabólico cobrando vida. Juntos trabajaron en la creación y grabación del cortometraje llamado “El Muñeco Diabólico”.

También recuerdan otro taller en Ciudad Victoria donde preguntaron a los chicos qué opinaban sobre la escuela. Algunos decían que era aburrida porque no tomaban en cuenta sus opiniones o no entendían por qué debían seguir ciertas reglas sin saber su razón de ser.

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A lo largo de los talleres, Tania y Rodrigo han conocido a niñas rebeldes que cuestionan todo, niñas con ganas de aprender y hacer más allá de casarse después de la secundaria. Han trabajado en comunidades rurales donde las niñas se enfrentan a limitaciones impuestas por sus padres o al miedo que sienten estos hacia el mundo exterior.

En cada taller, han descubierto historias fascinantes contadas desde la autenticidad y sinceridad propias de los niños. Han visto cómo el cine les permite expresar sus preocupaciones y sueños, así como generar comunidad entre ellos y con las personas adultas involucradas en el proyecto.

Tania destaca especialmente la importancia de dar herramientas a los niños para reflexionar sobre su entorno, conocer sus derechos y fomentar una cultura de paz. A pesar de algunas críticas que puedan surgir respecto a hablar sobre derechos infantiles, ella defiende que no podemos darles la espalda a la infancia en un país como México donde los índices de violencia contra ellos son alarmantes.

Finalmente, Tania nos comparte que no están solos en esta tarea. Han conocido maestras, compañeros colectivos y otros proyectos similares que también trabajan desde un enfoque colaborativo y participativo con niños y niñas. Cada uno utiliza diferentes herramientas para lograrlo: en su caso es el cine y el lenguaje audiovisual.

En resumen, Caleidoscopio es mucho más que un taller de vídeo participativo con niños y niñas; es una oportunidad para escuchar sus voces auténticas e inspiradoras. A través del cine, ellos pueden expresarse, aprender y construir una sociedad más justa y equitativa. Tania y Rodrigo nos demuestran que todos tenemos el poder de transformar nuestro entorno y educar a las futuras generaciones desde la libertad de pensamiento y creación.

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Así que te invito a reflexionar sobre cómo podemos dar voz a los niños y las niñas en nuestra sociedad. ¿Qué herramientas podemos brindarles para que puedan expresarse libremente? Recuerda que cada mirada es única, auténtica e invaluable. ¡Juntos podemos construir un mundo mejor!

Gracias por leer este artículo inspirador.

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