Combatiendo el sexismo en la educación: rompiendo barreras
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La problemática invisible de la educación sexista
Hace un par de años, como dirigente estudiantil, tuve la oportunidad de conocer realidades completamente diferentes en todo el territorio nacional. Y hoy quiero hablarles de una problemática muy importante, una problemática muchas veces invisibilizada no solo en nuestro país, sino también en el mundo entero. Estoy hablando del sexismo y la desigualdad de género que se manifiestan en el ámbito educativo.
¿Cuántas veces hemos sentido discriminación o exclusión por el simple hecho de ser mujeres? ¿Cuántos mensajes machistas hemos escuchado a lo largo de nuestra vida? Frases como “debes ser fuerte”, “eres el hombre de la casa” o “sé una buena esposa”. Estas frases tan comunes y básicas son ejemplos claros del sexismo presente en nuestra educación. Son mensajes violentos que van asignando características específicas a lo femenino y lo masculino.
La discriminación en la educación
La educación no solo reproduce desigualdades basadas en raza o clase social, también discrimina a los estudiantes más pobres, a las mujeres y a aquellos pertenecientes a comunidades LGBT+. ¿Cómo permitimos que esto suceda? Principalmente porque no tenemos un currículum con perspectiva de género comprometido con abordar estas temáticas. No contamos con asignaturas obligatorias como educación cívica o sexual que promuevan la igualdad. Además, existen colegios particulares con proyectos educativos que imponen formas específicas de pensar.
Otro factor importante es el acceso desigual a la educación. Esto se manifiesta de diversas formas en la sociedad. Permíteme darte algunos ejemplos que demuestran claramente cómo se manifiesta el sexismo en la educación:
El caso de un colegio particular subvencionado
Hace unos años, en la comuna de Los Ángeles, un colegio particular subvencionado fue a paro por diferentes problemáticas internas. Una de las demandas era permitir que las mujeres pudieran usar pantalón durante el invierno. La directora se negó rotundamente argumentando que los hombres mirarían el trasero de sus compañeras. Esta actitud evidencia una violencia de género y niega a las alumnas su derecho a no enfermarse.
La historia trágica de una chica trans
Otro ejemplo terrible es el caso de una chica trans en Santiago. Sus padres, al no entenderla, decidieron matricularla en un colegio exclusivamente masculino. Esta experiencia fue traumática para ella, ya que estaba encasillada con puros hombres siendo mujer. A medida que crecía, el colegio tuvo que adaptarse para atender este tipo de situaciones invisibilizadas.
Llegó cuarto medio y esta niña quería licenciarse con jumper (uniforme femenino), pero sus padres le negaron ese derecho tan merecido y preparado con tanto esmero.
El sexismo en los medios
No podemos pasar por alto lo mucho que nos gusta consumir televisión y cine. Pasamos horas frente a la pantalla absorbiendo mensajes indirectos que nos educan. Un estudio en Estados Unidos reveló que menos del 10% de los diálogos en películas son pronunciados por mujeres. Solo el 29% de las mujeres en el cine tienen roles protagónicos y se les enseña a ser sumisas, cuidar niños y hacer tareas domésticas.
En la publicidad, muchas empresas asocian a las mujeres con la limpieza y nos muestran como objetos sexuales al promocionar perfumes. Además, el 46% de las noticias en prensa escrita o televisión no tienen un enfoque de género adecuado y perpetúan estereotipos.
La brecha de género en los medios
Las cifras son alarmantes: solo el 73% de los altos cargos mediáticos están liderados por hombres. Las mujeres representamos aproximadamente la mitad de la población mundial, pero solo ocupamos un tercio del espacio mediático. Además, más del 50% de las mujeres y niñas sufren ciber violencia a través de las redes sociales.
La violencia contra las mujeres
Lamentablemente, la desigualdad y el sexismo se traducen también en violencia física y sexual hacia las mujeres. En nuestro país, el 90% de los delitos sexuales cometidos contra adultos son perpetrados contra mujeres. La trata de personas afecta principalmente a niñas y jóvenes.
En años anteriores, hubo un incremento alarmante en los femicidios: desde 2008 hasta 2013 fueron asesinadas 272 mujeres por sus parejas o exparejas. En muchos casos, estas mujeres habían denunciado previamente a sus agresores y contaban con medidas de protección. A pesar de esto, más de 100 feminicidios fueron frustrados.
Estas cifras son escalofriantes y demuestran claramente cómo el sexismo en la educación tiene repercusiones graves en la sociedad.
Nuestra tarea como jóvenes es cambiar la estructura base de la sociedad. Si logramos transformar la educación y promovemos un currículum con perspectiva de género, podremos avanzar hacia una sociedad más equitativa, justa y digna. No podemos permitir que el sexismo siga presente en nuestra educación si queremos frenar los femicidios y garantizar un futuro seguro para las mujeres.
Es momento de exigir políticas públicas que aborden esta problemática, leyes que protejan a las mujeres y mejoras en nuestros derechos humanos. Pero también debemos cambiar nosotros mismos: incidir en nuestros colegios, juntas vecinales y comunidades para generar conciencia y transformación.
No quiero que mi hija crezca con miedo ni que sea culpada por su género. Quiero una sociedad donde todas las personas puedan vivir sin violencia ni discriminación. Hagamos nuestra parte para construir ese futuro.