Descubre cómo encontrar tu propósito y seguir tus sueños

¿Conoces a Ximena Barriga? Descubre cómo el voluntariado puede cambiar tu vida por completo. Sigue leyendo para aprender de su inspiradora charla TED y encontrar tu propósito y seguir tus sueños.

Hola, mi nombre es Ximena Barriga y en este artículo quiero compartir contigo una experiencia que cambió por completo mi vida. Antes de comenzar, déjame retroceder un poco en el tiempo y contarte cómo era mi vida antes de descubrir algo que me apasionaría tanto.

Un trabajo divertido pero sin propósito

Cuando tenía 16 años, trabajaba en campamentos donde básicamente me pagaban por divertirme. Imagínate pasar tres días en Valle de Bravo corriendo, brincando, jugando en la alberca y viendo el cielo lleno de estrellas. ¿Cómo podía llamar a eso trabajo?

Lo que más disfrutaba era jugar y cantar con los niños. Pero un día, una amiga me habló sobre su experiencia como voluntaria en un programa de inclusión llamado Club Amigos Teletón. Ahí, jóvenes voluntarios convivían con niños y niñas con discapacidad de los centros de rehabilitación del Teletón.

Ella me dijo que era prácticamente lo mismo que hacíamos en los campamentos. Y ahí fue cuando pensé: ¿Por qué no combinar lo que amo hacer con ayudar a alguien? Sonaba como la mejor idea del mundo.

El comienzo del cambio

Así fue como decidí darle una oportunidad al voluntariado. Nunca imaginé que esto transformaría completamente mi vida.

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Llegó el día de la capacitación y escuché por primera vez palabras como rehabilitación, inclusión, esperanza y terapia física. Me pregunté cómo podría estudiar eso y dedicarme a ello el resto de mi vida. En un instante, todo lo que había planeado cambió.

Pasé de organizar grandes eventos a dar besos en las mejillas embarradas de paleta. De conocer artistas famosos a enseñar a caminar y demostrar que no hay imposibles. Mi vida dio un giro inesperado, pero mucho más humano.

Una nueva adicción

No solo me convertí en voluntaria del Teletón, también comencé a trabajar en una casa hogar, recolectaba juguetes y ropa para donar, participaba en misiones y disfrutaba correr por el cerro lleno de lodo. Pero ser voluntario conlleva escuchar ciertos comentarios recurrentes.

La gente siempre te dirá: “Eres un ángel”, “Qué bueno que te gusta ayudar” o incluso “Estás loca por despertarte temprano y no recibir ningún pago”. Pero lo que ellos no saben es que las aventuras vividas como voluntario nos brindan mucho más que un cheque quincenal.

A continuación, quiero compartir contigo tres cosas importantes que aprendí durante mi experiencia como voluntaria:

No solo das, también recibes

Cuando regresas a casa después de ser voluntario, vuelves con mucho más amor, enseñanzas y amigos de los que esperabas encontrar. El acto de dar se convierte en una experiencia mutua donde todos salimos beneficiados.

Ser voluntario te hace mejor persona

No somos superhéroes por ser voluntarios, pero sin duda nos convertimos en mejores personas. Aprendemos a valorar más a los demás, a ser más empáticos y compasivos. Es un camino de crecimiento personal que transforma nuestra forma de ver el mundo.

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Se convierte en una adicción y un estilo de vida

Ser voluntario se vuelve algo tan gratificante que se convierte en una adicción. Te enganchas con la sensación de ayudar y marcar la diferencia en la vida de las personas. Se convierte en parte esencial de tu día a día.

Tal vez pienses: “A mí no me gustan los niños”. Pero déjame decirte que hay voluntariados para todos los gustos. Si te gustan los animales, ¿qué tal ayudar en un refugio? Si te gusta viajar, ¿por qué no buscar oportunidades de voluntariado alrededor del mundo?

No importa cuál sea tu pasión o interés, siempre habrá una forma de contribuir y marcar la diferencia.

Un nuevo propósito

Mientras avanzaba por mis semestres universitarios, me di cuenta de algo importante: aquellos niños con los que solía trabajar estaban creciendo hasta convertirse en adultos mayores. Y eso me hizo reflexionar sobre cómo podemos ser importantes en sus vidas también.

Piensa por un momento en tus abuelos o personas mayores cercanas a ti. ¿Recuerdas cómo eran? ¿Qué les gustaba hacer? Yo tengo dos versiones muy distintas: mi abuela, quien debido a problemas de salud pasaba sus días frente al televisor deteriorándose poco a poco; y mi abuelo, quien hasta el día de hoy es una persona activa y llena de energía.

En México, actualmente el 10% de la población, es decir, 33 millones de personas son adultos mayores. Se espera que para el año 2030 esta cifra aumente al 20%, alcanzando los 23 millones. Ellos dependerán de nosotros y ahí es donde nace mi idea.

Un lugar para sentirse vivos

Deseo crear un lugar donde las personas mayores puedan volver a sentirse ellos mismos. Un espacio donde no se enfoque únicamente en sus arrugas, canas o movimientos lentos. Porque ellos son mucho más que eso.

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Quiero que sea un lugar donde la mirada se centre en la persona y su potencial. Un lugar lleno de salones amplios con clases de idiomas, pintura y tardes de juego. Quiero noches de dominó y tardes jugando cartas. Y por supuesto, un área dedicada a la terapia física.

Mi objetivo es cambiar la percepción que tenemos sobre los adultos mayores. No son solo un álbum lleno de recuerdos o una fuente inagotable de sabiduría acumulada. Son seres humanos con presente y futuro, con sueños por cumplir y metas por alcanzar.

Estamos acostumbrados a ver la vejez como una etapa en la que las personas se vuelven pasivas espectadoras del mundo mientras esperan otro día más para presenciar los logros familiares desde lejos.

Pero ¿qué tal si les demostramos nuestro apoyo? ¿Qué tal si les decimos que esperamos estar ahí en su graduación, en su boda o para conocer a sus nietos? Quiero crear un lugar donde los adultos mayores se sientan importantes y valorados.

El voluntariado ha sido una experiencia transformadora en mi vida. Me ha enseñado que al dar, también recibimos. Nos hace mejores personas y nos brinda la oportunidad de marcar la diferencia en la vida de los demás.

Hoy te invito a cambiar tu percepción sobre los adultos mayores. Ellos no necesitan solo recuerdos, sino atención y apoyo en esta etapa de sus vidas. Vamos a llenar el mundo de vida y hacerles sentir que aún tienen mucho por descubrir y aprender.

Recuerda: no importa cómo estemos vestidos o cuánto dinero tengamos, lo importante es ser importantes en la vida de alguien más. Juntos podemos hacer del mundo un lugar mejor.

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