El interés político: la clave para un futuro mejor
¿Alguna vez te has preguntado cómo puedes cambiar el mundo? Marcos Morote tiene respuestas. Descubre cómo el interés político puede transformar nuestra sociedad.
¡Hola! Hoy quiero compartir contigo algo que vi en un video de una charla Tedx muy interesante. El autor, Marcos Morote, nos habló sobre la importancia de que los jóvenes nos interesemos en la política. Y déjame decirte que sus argumentos fueron realmente convincentes.
Un desinterés preocupante
Marcos comenzó su charla contándonos una pequeña anécdota personal. Él se había estado quejando de no tener 18 años y sentirse excluido de ciertas actividades, como sacar el carnet de conducir o votar en las elecciones. Pero luego reflexionó sobre si realmente estábamos preparados para tomar decisiones políticas importantes sin consecuencias desastrosas.
Y es que, según datos del Instituto de la Juventud, el 64% de los jóvenes europeos no tiene interés alguno en la política. Además, 1 de cada 5 jóvenes se sitúa ideológicamente en los extremos (extrema izquierda o extrema derecha). Estas cifras son realmente preocupantes porque algún día seremos nosotros quienes tengamos el poder y la responsabilidad de tomar decisiones políticas.
Falta de consenso
Pero incluso dentro del pequeño grupo de jóvenes interesados en la política, Marcos nos revela otro problema: falta de consenso. Para ejemplificar esto, menciona a Álvaro Dual, un antiguo alumno suyo que ha estado realizando encuestas sobre temas políticos entre estudiantes.
Lo sorprendente es que las respuestas muestran porcentajes cercanos al 50% para cada opción planteada, lo que indica que no hay un consenso claro entre los jóvenes. Esta falta de acuerdo es preocupante y nos muestra la difícil situación en la que nos encontramos.
El mundo en guerra
Marcos también hizo hincapié en la idea de que vivimos en un mundo inestable. Aunque quizás no estemos empuñando armas como nuestros abuelos en las guerras mundiales, eso no significa que nuestro mundo sea más estable. Con la globalización, una decisión tomada en un lugar puede tener repercusiones a miles de kilómetros de distancia.
Además, tenemos acceso a toda la información del mundo desde nuestros dispositivos móviles. Esto nos da ventajas sobre generaciones anteriores, pero también implica una responsabilidad: asegurarnos de no repetir los errores del pasado y garantizar un futuro mejor para todos.
Educación como solución
Pero ¿qué podemos hacer al respecto? Según los expertos citados por Marcos Morote, hay dos pasos fundamentales a seguir: educación y reflejo de esa educación en nuestra vida cotidiana.
En cuanto a la educación, Marcos menciona el ejemplo español. En España no existe una asignatura específica sobre ciudadanía o política como sí ocurre en otros países europeos. Y curiosamente, según estudios realizados por la Fundación BBVA, los españoles somos quienes menos interés mostramos por la política y tenemos una peor percepción de los políticos e instituciones.
La solución parece ser clara: implementar asignaturas que enseñen valores cívicos y conocimientos políticos desde temprana edad. Un estudio de Harvard demostró que los estudiantes que habían cursado un año de educación política tenían más probabilidades de participar activamente en la vida política.
Pero, por supuesto, hay desafíos a superar. En el caso del Reino Unido, por ejemplo, se intentó implementar una asignatura similar pero terminó siendo englobada dentro de una asignatura más general sobre desarrollo espiritual y cultural. Esto diluye el enfoque político y puede restarle importancia.
Reflejar la educación en la vida cotidiana
El segundo paso es hacer que esa educación se refleje en nuestra vida diaria. Según Marcos Morote, esto implica hacer que nuestra educación cívica sea automática. Necesitamos asegurarnos de estar informados sobre las decisiones políticas y participar activamente en ellas.
Para lograrlo, podemos seguir las recomendaciones del economista rumano Daniel Daianu: limitar las cargas fiscales ocultas y reducir el secretismo sobre la eficacia de los servicios públicos para hacer todo esto más accesible.
A pesar de las dificultades que encontraremos en el camino para implementar asignaturas específicas sobre ciudadanía y política, debemos hacer todo lo posible para despertar el interés político en las generaciones presentes y futuras. La educación es fundamental para formarnos como ciudadanos responsables y conscientes de nuestro papel en la sociedad.
No podemos permitirnos ser indiferentes ni caer en extremos ideológicos sin consenso. Es momento de tomar acción y construir un mundo mejor, donde la política sea una herramienta para el bienestar de todos. ¡Nuestro futuro está en juego!