El poder del lenguaje: sentido común y humanismo lingüístico

Descubre por qué el sentido común en el lenguaje es fundamental para nuestra humanidad. Sumérgete en la fascinante charla TED de Iraide Ibarretxe-Antuñano sobre lingüística.

Buenos días a todos. Es un placer estar aquí con todos ustedes para hablarles del sentido común del lenguaje. El sentido común es algo que nos distingue, al menos por ahora, de las máquinas. Es clave para poder comunicarnos entre personas en un mundo donde la inteligencia artificial avanza a pasos agigantados.

La revolución de las máquinas

En los últimos años hemos sido testigos de avances increíbles en inteligencia artificial. Los asistentes virtuales como Siri, Alexa y Google Translator nos brindan información al instante o traducen textos en segundos a más de cien idiomas diferentes. Sin duda, es una auténtica revolución.

Sin embargo, aunque estos asistentes son extremadamente útiles y cómodos de usar, a veces parece que les falta algo: humanidad. La doctora Michelle Melanie, especialista en inteligencia artificial, menciona en un podcast que estas máquinas carecen de la intuición humana necesaria para tratar pequeñas cosas.

Por ejemplo, cuando vamos en coches automatizados sin conductor aún no han aprendido a distinguir que no todo lo que se cruza frente a nosotros es un peligro inminente. También menciona el caso de tomar una taza caliente en un día frío; aunque nos queme la mano, el placer reconfortante supera esa sensación dolorosa.

El lenguaje y su falta de intuición humana

Todo esto me hizo reflexionar sobre cómo esto se aplica al lenguaje. ¿Qué significa realmente tener sentido común del lenguaje? Para ilustrar esto, les mostraré una serie de ejemplos y juntos descubriremos qué es ese sentido común.

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La boca del metro

¿Por qué llamamos “boca” a la entrada del metro? ¿Por qué no le llamamos “ojo” o “oreja”? La respuesta está en que la boca del metro funciona como nuestra boca. Así como cuando ingerimos comida, esta desciende poco a poco hasta llegar al estómago, el metro nos engulle y nos lleva al andén. Esta analogía surge de nuestra imaginación y capacidad cognitiva para crear relaciones entre cosas aparentemente no relacionadas físicamente.

El significado contextualizado

Otro ejemplo interesante es el de una señal de tráfico que dice “shoulder”. Si no hablamos inglés, puede parecer extraño y preguntarnos qué tiene que ver con los hombros. Pero si ponemos esa señal en contexto vial, inmediatamente entendemos que se refiere al arcén. Nuestra intuición e imaginación nos ayudan a comprender el significado detrás de las palabras.

Pero debemos tener cuidado con este conocimiento contextualizado porque está situado en una sociedad y cultura específica. Por ejemplo, si pensamos en la palabra “pierna”, su significado varía según el idioma. En japonés, pierna incluye también el pie; mientras que en algunas lenguas del sudeste asiático existen términos separados para referirse a la parte superior e inferior de la pierna.

El lenguaje va más allá de reglas gramaticales

El lenguaje no se limita a reglas gramaticales y vocabulario. Va mucho más allá de eso. Es nuestra intención, imaginación, conocimiento sociocultural y experiencia en un mundo concreto. Además, el lenguaje no se reduce solo a sonidos y prosodia, sino que también incluye la gestualidad.

Aunque las máquinas son maravillosas y nos facilitan la vida, la mente humana, el lenguaje y las lenguas siguen siendo aún más asombrosos. Por eso es importante valorar y aprovechar al máximo nuestras capacidades lingüísticas.

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El sentido común del lenguaje nos distingue de las máquinas en un mundo dominado por la inteligencia artificial. Aunque estas tecnologías son útiles, carecen de la intuición humana necesaria para tratar pequeñas cosas. El lenguaje va más allá de reglas gramaticales; es nuestra imaginación, conocimiento sociocultural y experiencia contextualizada en una sociedad específica. Debemos valorar nuestras capacidades lingüísticas como algo único e inigualable.

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