Hacia la empatía colaborativa: Cómo sincronizarnos con la Tierra y las necesidades sociales
¿Me has escuchado? Hoy he visto una charla TED realmente inspiradora de Juan Pérez, fundador de Más Oxígeno. No te lo pierdas, ¡te aseguro que te va a encantar! Sigue leyendo y descubre cómo pequeños hábitos pueden generar un gran impacto social y medioambiental.
Hace poco tuve la oportunidad de ver una charla TEDx muy interesante, impartida por Martín Almiña. En su presentación, Martín nos habló sobre la importancia de aprender de la naturaleza y cómo podemos aplicar sus principios en nuestra vida diaria para lograr un cambio positivo en el mundo.
Las abejas como grandes comunicadoras
Martín comenzó su charla destacando a las abejas como los mejores comunicadores que existen en la naturaleza. Estos pequeños insectos se cuentan entre sí dónde se encuentra la flor de la que están sacando polen a través de un baile con un meneo. Esta forma de transmitir información a través de vibraciones es realmente sorprendente.
El autor nos invitó a aprender de las abejas y entender cómo ellas han evolucionado desde sus antepasados, las avispas. Aunque las avispas son solitarias, individualistas y hasta violentas, poco a poco fueron aprendiendo que podían trabajar juntas para lograr cosas mucho mayores. Así fue como se transformaron en abejas comunitarias colaborativas y herbívoras, capaces de producir uno de los elixires más valiosos: la miel.
Aprendiendo del conocimiento teórico
Martín compartió con nosotros su formación como ingeniero industrial y cómo esto le permitió entender cómo funcionan las cosas desde una perspectiva teórica. Estudiando esta carrera pudo tocar muchos temas y adquirir conocimientos en matemáticas, física, química, mecánica, electricidad, economía y finanzas.
Sin embargo, Martín se dio cuenta de que todo este conocimiento teórico no tenía mucho sentido si no se ponía en práctica. Fue así como buscó su primer trabajo y tuvo uno de los primeros choques contra la realidad. Observó a los operarios trabajando adoloridos y lastimados, y al proponerles un recreo para descansar, su supervisor le respondió que solo podrían tomarlo si aumentaban su productividad.
Esta experiencia hizo que Martín se diera cuenta de lo absurdo que era el sistema en el que estaba trabajando y decidió dejar ese empleo. En lugar de eso, decidió viajar a Barcelona para abrir su mente a nuevas experiencias.
Un cambio de perspectiva en Barcelona
En Barcelona, Martín vivió una serie de acontecimientos que cambiaron por completo su forma de pensar. La ciudad estaba pasando por una crisis económica muy fuerte y había una gran cantidad de desalojos diarios. Además, los indignados se reunían todas las noches en la plaza central para protestar contra esta situación.
Fue allí donde conoció a Paloma, una arquitecta catalana con ideas revolucionarias e interesantes. Paloma constantemente discutía con su padre sobre las ideas del sistema capitalista. Esto generaba conflictos entre ellos y despertaba la curiosidad e interés de Martín.
Un día, Martín decidió preguntarle a Paloma por qué criticaba tanto a su padre y ella le recomendó leer el libro “Economía para un planeta abarrotado” del autor Jeffrey Sachs. Este libro hablaba sobre cómo el sistema capitalista, debido a errores de diseño, perdía energía una y otra vez.
Martín se dio cuenta de que nuestra sociedad está montada sobre una deuda energética. Estamos consumiendo las reservas energéticas del planeta en solo 200 años, dejando poco para las generaciones futuras. Esto hizo que Martín se preguntara qué podíamos hacer para evitar este problema.
Reciclando y cambiando hábitos
Martín nos invitó a empezar por cambiar nuestros hábitos y ser conscientes del impacto que tenemos en el planeta. Propuso comenzar por reciclar lo más fácil: la fracción orgánica de nuestros desechos. Compostar los restos de frutas y verduras es una forma sencilla y eficiente de reciclar, ya que la naturaleza diseña sus creaciones para poder ser descompuestas en nutrientes esenciales.
Nuestro sistema actual está basado en una lógica lineal: comprar, usar y tirar. Pero la naturaleza funciona en ciclos: componer, vivir y descomponer una y otra vez. Martín nos recordó que nosotros venimos de esa lógica circular, pero hemos olvidado cómo funcionaba.
Para sincronizarnos con la naturaleza necesitamos activar nuestra empatía hacia los demás seres vivos. La empatía nos permite conectarnos con lo que nos rodea y trabajar juntos por propósitos mucho mayores que nosotros mismos.
Sembrando buenos hábitos
Martín destacó la importancia de sembrar buenos hábitos para lograr un cambio positivo en el mundo. Nos invitó a tomar decisiones conscientes, como separar los materiales reciclables y generar nuevos puestos de trabajo, reducir la contaminación y los gases de efecto invernadero.
El autor nos recordó que hacer las cosas bien requiere voluntad, pero cuando activamos la coherencia interna y nos sincronizamos con lo que nos rodea, empezamos a trabajar juntos por un propósito mayor. Martín nos dejó con una pregunta: ¿qué estamos sembrando hoy?
La charla de Martín Almiña fue realmente inspiradora. Nos recordó la importancia de aprender de la naturaleza y aplicar sus principios en nuestra vida diaria. Destacó la necesidad de cambiar nuestros hábitos y ser conscientes del impacto que tenemos en el planeta.
Nos invitó a practicar el reciclaje y desarrollar empatía hacia los demás seres vivos para poder trabajar juntos por propósitos mucho mayores que nosotros mismos. También nos recordó que sembrar buenos hábitos es fundamental para lograr un cambio positivo en el mundo.
Así que te invito a reflexionar sobre lo aprendido en esta charla y comenzar a ponerlo en práctica en tu vida diaria. Recuerda que cada pequeño cambio cuenta y todos podemos contribuir a crear un futuro sostenible para las generaciones venideras.