La convergencia de los mundos digitales: descubre el futuro de la tecnología

En un mundo en constante cambio, la pandemia nos ha mostrado el poder de la tecnología para unirnos. Después de ver la charla TED de Marcel Stockli, estoy emocionado de compartir lo que he aprendido. ¡Sigue leyendo para descubrir hacia dónde se dirige esta transformación y cómo afectará nuestra forma de interactuar digitalmente con los demás!

Desde que tengo memoria, he sido un consumidor de la ciencia ficción. Como casi cualquier millennial con acceso a la tecnología, fui influenciado por las películas de los 80s y los 90s. Devoraba libros de ciencia ficción donde se planteaban tecnologías que transformaban civilizaciones completas o héroes que viajaban a mundos digitales o lograban llegar a otros planetas y sistemas solares.

La interacción creció cuando entré en el mundo de los videojuegos y pasaba semanas de mi vida mejorando mis personajes virtuales. Terminé convirtiéndome en programador de videojuegos y tuve la fortuna de ahora ser parte del proceso de creación de tecnologías y mundos virtuales.

Viví el proceso donde una gran cantidad de conceptos planteados originalmente en la ciencia ficción se convertían en tecnología real para su uso en los videojuegos, y después daban el salto para intentar ayudar a resolver problemas del mundo real.

Pero llegó un momento en el que me empecé a sentir descontento. Durante la pandemia, nos vimos obligados a aislarnos, perdimos contacto con nuestros seres queridos y tuvimos que cambiar nuestras formas de colaborar con las personas. Y me di cuenta de algo: no estábamos utilizando toda esta tecnología disponible.

¿Por qué no estamos usando realidad virtual?

Durante la pandemia hubo una mayor adopción de tecnología, pero fue tecnología con la que ya estábamos acostumbrados a usar. Simplemente dimos un paso más para volverla cotidiana en nuestro día a día. Me refiero específicamente a tecnologías como la realidad virtual o la realidad aumentada.

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Para entrar en contexto, exploremos un poco sobre qué es la realidad virtual. Pero empecemos por la tecnología que ya conocemos. Cuando vemos televisión o jugamos un videojuego, parte de lo que estamos haciendo es engañar a nuestro cerebro con señales creadas sintéticamente para sumergirnos en un mundo o una historia distinta a la realidad que vivimos.

Sin embargo, los sentidos del cuerpo humano son bastante difíciles de engañar. El cerebro se da cuenta inmediatamente de que está observando una pantalla plana y no el mundo real. En cambio, un casco de realidad virtual es un dispositivo que cuando se coloca en la cabeza engaña casi por completo a nuestra vista y nos transporta a un mundo virtual.

Incluso te permite visualizar tus manos en ese mundo virtual, desplazarte e interactuar con objetos virtuales como si lo hicieras en el mundo real. Agreguemos unos audífonos y tenemos todo listo para engañar al menos tres sentidos del cuerpo humano: el sentido de la audición, el sentido de la vista y parte del tacto con el desplazamiento que hacemos.

Con todas estas características, las aplicaciones son infinitas: videojuegos mucho más realistas e inmersivos, poder visitar lugares sin salir de casa o incluso realizar cirugías a distancia o entrenamientos virtuales para procedimientos laborales peligrosos antes de llevarlos a cabo en el mundo real.

El obstáculo: el costo

Pero, ¿por qué no estamos usando estas tecnologías durante la pandemia? La respuesta no es simple, pero nos ayuda a ver lo que se aproxima. Una de las principales razones es el costo. Las tecnologías inmersivas como la realidad virtual no son baratas.

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El precio de entrada para un consumidor sigue siendo incluso más alto que una computadora o una televisión, lo que hace difícil para muchas familias tener un casco de realidad virtual en casa. Además, todo el contenido y las aplicaciones de realidad virtual se distribuyen a través de plataformas cerradas.

Esto significa que si creas contenido para un casco de realidad virtual específico, no necesariamente alguien con otro casco podrá disfrutarlo. Esta falta de compatibilidad aumenta los costos de producción y limita la cantidad de aplicaciones y contenido disponibles para la realidad virtual.

El futuro: el metaverso

Pero ¿qué tiene que pasar para superar estos problemas? La respuesta es el metaverso. Si volvemos a la ciencia ficción con uno de los libros que más me marcaron cuando era joven, “Snow Crash” (Neal Stephenson), podemos entender mejor este concepto.

El metaverso es la unión de todos los mundos virtuales. Es el sucesor del internet y nos permite interactuar virtualmente entre nosotros en una forma mucho más inmersiva. Podrás ser el héroe en cualquier videojuego usando siempre tu mismo avatar, asistir a reuniones laborales o visitar amigos en otros continentes desde tu propia casa virtual.

Dentro del metaverso podrás comprar un espacio y construir digitalmente lo que quieras: una casa virtual, una tienda para vender bienes digitales o incluso objetos físicos que se enviarán después por paquetería. Todos los elementos necesarios para crear el metaverso ya existen.

La realidad virtual nos permite interactuar con nuestros sentidos, los videojuegos nos ofrecen mundos virtuales cada vez más complejos e interactivos, el internet nos conecta y la red 5G nos permite transferir grandes cantidades de información desde cualquier lugar.

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Incluso tenemos tecnologías como los NFTs (tokens no fungibles) que permiten que un objeto virtual sea único y transferible. Ya se utilizan abiertamente para vender arte digital y objetos dentro de los videojuegos.

El siguiente paso

El siguiente paso es lograr conectar todas estas tecnologías. Necesitamos estándares libres que nos permitan vincular todo lo necesario para crear un metaverso. Queremos que cualquier contenido creado, ya sean videojuegos, páginas web o redes sociales, pueda ser utilizado desde el metaverso sin importar el lugar en el que te encuentres o el casco de realidad virtual que estés usando.

El metaverso es algo que llegará más pronto de lo esperado. Es el siguiente paso natural en la interacción virtual que ya tenemos. Pero debemos trabajar juntos para asegurarnos de acercarnos a una utopía y no a una distopía.

La charla Tedx sobre la realidad virtual y el futuro del metaverso me ha abierto los ojos a las posibilidades inmensas que tenemos frente a nosotros. La pandemia ha demostrado que necesitamos aprovechar al máximo la tecnología disponible para mantenernos conectados y colaborar de formas nuevas.

La realidad virtual nos ofrece una experiencia inmersiva sin precedentes, pero aún hay obstáculos que superar, como el costo y la falta de compatibilidad. Sin embargo, el metaverso se perfila como la solución a estos problemas.

El metaverso nos permitirá interactuar virtualmente en un mundo compartido, donde podremos ser cualquier cosa que deseemos y visitar lugares sin movernos de casa. Pero debemos asegurarnos de diseñarlo de manera ética y responsable para evitar distopías.

El futuro es emocionante y estoy ansioso por ver cómo evoluciona el metaverso. Estoy convencido de que pronto estaremos viviendo en un mundo donde lo virtual se mezcla con lo real de una forma fascinante.

Muchas gracias por leer mi artículo sobre esta increíble charla Tedx. Espero haber transmitido mi entusiasmo y los aprendizajes obtenidos. ¡Hasta la próxima!

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