La identidad artificial y la esperanza humanitaria
¿Alguna vez te has preguntado cómo la tecnología puede brindar esperanza? Te traigo un resumen inspirador de la charla TEDx “La identidad artificial del ser humano” impartida por Andrés Quiroz. ¡Descubre cómo su pasión por la robótica hizo la diferencia en vidas de escasos recursos y lo llevará a la NASA! Sigue leyendo para conocer esta increíble historia de superación y tecn
¡Hola! Mi nombre es Andrés Quiroz, y hoy quiero compartir contigo una charla inspiradora que vi en TEDx. El título de la charla era “¿Eres un humano artificial?”, y el orador principal fue un estudiante de ingeniería mecatrónica llamado Andrés. Desde el principio, quedé intrigado por este concepto tan peculiar y decidí ver qué tenía que decir al respecto.
Un niño con necesidades
Andrés comenzó su charla compartiendo una historia personal sobre su infancia. A los 7 años, se encontraba en una situación económica difícil junto a su familia. Su única preocupación en ese momento era poder jugar, pero la falta de dinero lo impedía. Sin embargo, Andrés siempre fue creativo y empezó a buscar soluciones para satisfacer sus necesidades.
Su mamá recolectaba botellas vacías para venderlas y así obtener algo de dinero extra. Un día, Andrés encontró tapitas tiradas en un rincón de su casa y se preguntó qué podría hacer con ellas. Fue entonces cuando tuvo una idea brillante: transformar las tapitas en juguetes utilizando su imaginación y creatividad.
El descubrimiento de la tecnología
A medida que Andrés crecía, sus habilidades también evolucionaban. Ya no estaba satisfecho solo con hacer juguetes con tapitas; quería más desafíos. Fue entonces cuando su padre le regaló una caja llena de componentes electrónicos para que pudiera seguir explorando e inventando.
Andrés empezó a experimentar con luces LED y descubrió lo fascinante que era poder encenderlas y crear números y figuras con ellas. Este fue su primer acercamiento a la tecnología, y quedó cautivado por su potencial.
El poder de ayudar a los demás
A medida que Andrés crecía, también enfrentaba desafíos personales. Su padre sufrió un accidente grave que lo dejó sin el uso de uno de sus brazos. Como solución, Andrés diseñó un guante especial con sensores que permitían a su padre realizar diferentes acciones, como cambiar de canal en el televisor o encender luces.
Esta experiencia despertó en Andrés una pasión por ayudar a los demás utilizando la tecnología como herramienta. Comenzó a participar en voluntariados y proyectos educativos para enseñar robótica a niños de bajos recursos. Descubrió que la tecnología podía ser una forma poderosa de brindar oportunidades e inclusión social.
El impacto positivo
Andrés continuó su charla mostrando ejemplos concretos del impacto positivo que había logrado gracias a sus proyectos. Mostró cómo había desarrollado un exoesqueleto llamado “ExSome”, que permitía simular presencia física en lugares remotos sin correr riesgos.
También compartió historias emocionantes sobre cómo había ayudado a personas sordas mediante dispositivos capaces de traducir lenguaje de señas al lenguaje oral y viceversa. Estas experiencias le demostraron el verdadero valor de utilizar sus habilidades para mejorar la vida de los demás.
El verdadero significado de ser un humano artificial
Andrés concluyó su charla reflexionando sobre el concepto de ser un “humano artificial”. Para él, un humano artificial es aquel que, a pesar de tener logros personales, se preocupa por el bienestar y desarrollo de los demás. Destacó la importancia de trabajar en equipo y mejorar como sociedad para alcanzar la verdadera felicidad.
Su mensaje final fue poderoso: “El sentido de la vida es darle sentido a tu vida”. Andrés nos recordó que cada uno tiene el poder de marcar la diferencia y encontrar nuestra vocación al servicio de los demás.
La charla TEDx “¿Eres un humano artificial?” impartida por Andrés Quiroz nos invita a reflexionar sobre cómo podemos utilizar nuestras habilidades y conocimientos para ayudar a los demás. A través de su historia personal, Andrés muestra cómo desde una temprana edad descubrió su pasión por la tecnología y cómo esta puede ser una herramienta poderosa para generar impacto positivo en la sociedad.
Nos enseña que no basta con ser exitosos individualmente; debemos preocuparnos por nuestro entorno y contribuir al desarrollo colectivo. El verdadero valor está en utilizar nuestros talentos para mejorar la vida de otros, brindando oportunidades e inclusión social.
Así que te invito a reflexionar sobre tu propia vocación y cómo puedes utilizarla para marcar una diferencia en el mundo. Recuerda que todos tenemos el potencial para convertirnos en humanos artificiales: personas comprometidas con el bienestar de los demás y dispuestas a darle sentido a sus vidas.