Mujeres en la bibliografía: desafíos y aportes revelados

¿Recuerdas la última vez que leíste un texto académico escrito por una mujer? No te pierdas esta charla TED de Valeria Rodríguez que revela todo sobre la representación femenina en el mundo académico. Prepárate para descubrir nuevas ideas y reflexiones sobre este tema tan relevante.

Hola, antes de comenzar, me gustaría que te hicieras una pregunta: ¿cuál fue el último libro o texto que leíste? Ahora bien, ¿recuerdas cuál fue el último libro o texto escrito por una mujer que leíste en 2019? Como investigadora y estudiante, estas preguntas fueron desconcertantes para mí. Me di cuenta de que no estaba leyendo suficientes obras escritas por mujeres y también encontré esta gran ausencia en la bibliografía de mis cursos de derecho y relaciones internacionales.

¿Qué es “Mujeres en la Bibliografía”?

Para entender qué es “Mujeres en la Bibliografía”, me gustaría remitirme a lo dicho por Bertolt Brecht, un poeta alemán. En su poema “Preguntas de un obrero que lee”, nos plantea cuestionamientos sobre cómo entendemos la mal llamada historia universal. Resulta que cuando hablamos de historia universal, en realidad se trata de una historia llena de vacíos donde solo se cuentan algunos hitos importantes pero se omiten detalles cruciales como quiénes construyeron las grandes obras arquitectónicas o quiénes pagaron los costos humanos durante las guerras.

Brecht nos invita a reflexionar sobre esto con extractos del poema:

“¿Quién construyó Tebas, la ciudad de las siete puertas?
En los libros aparecen los nombres
De los reyes.
¿Arrastraron los reyes
Los bloques de piedra?”

“El joven Alejandro conquistó la India.
El solo.
César derrotó a los galos.
No llevaba ni siquiera un cocinero.”

“Felipe de España lloró
Cuando su flota naufragó.
Nadie más lloró.

Como puedes notar, Marie Curie es la única mujer en esta fotografía y ya para ese momento había sido merecedora del Premio Nobel de Física en 1903 y del Premio Nobel de Química en 1911. ¿Por qué era la única mujer en esta fotografía? ¿Acaso no había otras mujeres científicas en esa época que no fueron invitadas o simplemente no aparecieron en la foto?

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El silencio de las mujeres

Estas preguntas nos permiten entender cómo se construye el conocimiento científico. Desde hace siglos, la educación ha sido sexista y excluyente. Se consideraba que las mujeres no teníamos la capacidad de pensar, estábamos destinadas a ser dominadas como parte de la naturaleza. Esta concepción ha llevado al silenciamiento de las mujeres, lo cual es uno de los pilares fundamentales de la civilización occidental.

El problema va más allá: hay miles de narraciones, historias y experiencias que desconocemos porque nunca nos han sido contadas. Hablo no solo de las experiencias de las mujeres, sino también de otras poblaciones históricamente marginadas como afrodescendientes o pueblos indígenas cuyos conocimientos ancestrales han sido robados por la ciencia.

Mujeres invisibles en el ámbito académico

Como estudiante, me di cuenta de que a pesar de que las mujeres superan en número a los hombres en muchas carreras, estas siguen siendo absolutamente masculinizadas. Tenía que esforzarme aún más para hacerme escuchar y ocultar mi sensibilidad. Además, tenía que citar autores masculinos para recibir el reconocimiento de mis profesores.

Ante esta realidad, decidí lanzar una campaña electoral como candidata a representante estudiantil en el Consejo Universitario de la Universidad de Costa Rica. El tema era impostergable y así nació la propuesta “Mujeres en la Bibliografía”. Esta iniciativa tenía tres objetivos principales:

  1. Generar acciones afirmativas para revertir las inequidades de género dentro de los espacios universitarios.
  2. Hacer notar los sesgos de género presentes en la academia que impiden la rigurosidad en lo que se estudia.
  3. Fomentar una comunidad científica plural y diversa, no solo con la participación de mujeres, sino también incluyendo a otros sectores marginados.
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Reacciones y desafíos

Cuando lancé este proyecto, hubo diversas reacciones. Afortunadamente, la mayoría fueron positivas. Encontré un profesorado receptivo dispuesto a realizar modificaciones en sus programas académicos. También me encontré con organizaciones y colectivos dispuestos a apoyar e incluso profesoras que enviaron sus escritos a medios institucionales para sumarse al debate y defender esta propuesta.

Pero también hubo reacciones incómodas y negativas, desde argumentos que hablaban del fin de la ciencia hasta un profundo desprecio por los artículos escritos por mujeres. Esto puso en evidencia el fenómeno de la comodidad académica, donde algunos investigadores hablan sin entender, escriben sin leer y opinan sin escuchar.

Es importante mencionar que la violencia contra las mujeres no se limita a manifestaciones evidentes y groseras. También se manifiesta en formas más sutiles como la violencia académica. Comprender esto puede ser difícil para quienes nunca han experimentado la exclusión o han sido menospreciados por su trabajo. Pero te invito a tener empatía con estas realidades.

El poder transformador de las juventudes

“Mujeres en la Bibliografía” fue un ejemplo del poder transformador de las juventudes y una muestra de que nuestras agendas no son solo sectoriales, sino que buscan trastocar todos los sectores de la sociedad. Una actividad que parecía exclusivamente docente terminó involucrando a estudiantes y exigiendo cambios en los programas académicos.

Todavía nos queda mucho por hacer para asegurar el acceso igualitario a espacios educativos para todas las mujeres. Esta tarea es monumental pero necesaria si queremos rediseñar nuestra historia y permitir que las mujeres sean protagonistas en ella.

Mujeres en la Bibliografía es una propuesta encaminada a hacer notar las diferencias de género dentro de la academia. Sin embargo, este problema va más allá: se trata de un problema estructural presente desde nuestras escuelas y hogares. Para lograr un cambio real, debemos asegurar que las mujeres accedan a espacios educativos y se reconozca su trabajo en la bibliografía de los cursos. La tarea es monumental, pero juntos podemos hacerlo.

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¡Muchísimas gracias!

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