Observar para vivir: Descubre una nueva perspectiva de apreciación del mundo

Amigo/a, prepárate para abrir los ojos y descubrir una nueva forma de apreciar la vida. En esta fascinante charla TED, una docente chiclayana nos enseña la importancia de observar y valorar cada detalle del mundo que nos rodea. ¡Te invito a seguir leyendo para cambiar tu perspectiva!

Descubriendo la importancia de observar

Hace poco tuve la oportunidad de ver un video de una charla Tedx que me dejó realmente impactado. La conferencista, Piera Carreras, comenzó su presentación con un sombrero de papel en la cabeza, lo cual llamó mi atención desde el primer momento. Pensé que quizás estaba loca o era muy arriesgada al presentarse así, pero pronto comprendí que había algo más detrás de ese gesto.

En su charla, Piera nos hizo reflexionar sobre nuestra capacidad para observar y cómo muchas veces nos quedamos en aspectos superficiales sin realmente prestar atención a los detalles. Nos invitó a pensar si siempre estamos verdaderamente observando o si simplemente nos limitamos a mirar sin profundizar en lo que vemos.

Una experiencia transformadora

Piera compartió una experiencia personal que tuvo hace unos meses. Asistió a una obra teatral en un cementerio, algo bastante inusual y desconcertante. Al principio no sabía qué hacer ni qué esperar, pero luego se dio cuenta de que esa obra iba mucho más allá de lo convencional.

No había escenario ni actores visibles. Los únicos protagonistas eran los espectadores y una guía que los acompañaba por diferentes lugares del cementerio mientras les pedía imaginar las vidas pasadas de las personas enterradas allí.

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Fue entonces cuando Piera se conectó consigo misma y comenzó a observar detenidamente su entorno: un árbol frondoso, patrones de colores en las tumbas, una casa con una fachada peculiar. Se dio cuenta de que había estado viviendo de espaldas a todas esas maravillas que pasaban desapercibidas en su día a día.

La importancia de observar para aprender

Piera nos recordó que todos observamos el mundo de manera diferente, y esto se debe a nuestras propias experiencias. Nuestra forma de ver las cosas está condicionada por lo que hemos vivido y cómo hemos interpretado esos momentos.

En la charla, Piera nos mostró una imagen con varios elementos: perfiles, una papa, un candelabro y un abismo. Ella confesó que la primera vez que vio esa imagen solo pudo percibir al señor con el sombrero, probablemente porque en su infancia asociaba ese tipo de sombrero con los muertos debido a su abuelo.

Este ejemplo nos hace reflexionar sobre cómo muchas veces registramos lo que vemos según nuestras propias experiencias y no somos conscientes de ello. No siempre nos comprometemos plenamente con la observación, sino que simplemente miramos sin profundizar ni conectar emocionalmente con lo que estamos viendo.

Aprender a observar para conectarnos

Piera nos invitó a comprometernos más con la observación y aprender a conectar emocionalmente con lo que vemos. Observar implica ir más allá de la superficie e involucrarnos activamente en el proceso. Cuando realmente observamos algo o alguien, nos ponemos en sus zapatos, intentamos comprender su perspectiva y establecemos un vínculo más profundo.

Nos recordó la importancia de confiar en los demás y no ser indolentes ante la ayuda que nos puedan brindar. En un mundo donde a veces nos resulta difícil diferenciar entre un espía y alguien genuinamente interesado en ayudarnos, es fundamental aprender a observar para conectarnos con el otro.

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La charla de Piera Carreras me hizo reflexionar sobre la importancia de observar detenidamente nuestro entorno y las personas que nos rodean. Aprendí que mirar superficialmente no es suficiente, sino que debemos comprometernos emocionalmente con lo que vemos para poder comprender mejor el mundo en el que vivimos.

Observar implica ir más allá de lo evidente, poner atención en los detalles y conectar con nuestras propias emociones. Solo así podremos establecer verdaderas conexiones con los demás y descubrir las maravillas ocultas en cada momento de nuestra vida.

No dejemos que la rutina diaria nos haga perder esa capacidad innata de observación. Abramos nuestros ojos y nuestros corazones para descubrir todo lo maravilloso (o terrible) que está sucediendo a nuestro alrededor.

A partir de ahora, prometo ser un observador más atento e involucrado. ¿Y tú?

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