Realidad Virtual y miedos: La ciencia detrás de su impacto
Prepárate para descubrir cómo la Realidad Virtual está revolucionando la salud mental en esta fascinante charla TED. ¡Te prometo que no podrás dejar de leer!
¡Guau! ¡Menudo escenario! Me siento impactado desde aquí. Cuando venía para acá, estaba pensando: ¿y si me equivoco? ¿Y si me quedo en blanco? Incluso me imaginé tropezando con la moqueta roja. ¿Os imagináis que me caigo? Qué miedo. Pero bueno, el caso es que el miedo es un mecanismo de defensa muy útil. Es como el sentido arácnido de Spiderman, ese superpoder que le permite saber cuando hay peligro cerca. El miedo funciona igual en nosotros, nos ayuda a estar alerta y mantenernos vivos.
Pero entonces uno podría preguntarse: ¿por qué puedo tener miedo incluso estando en este escenario? ¿Hay algún peligro desconocido para mí aquí? Quizás haya una trampilla con cocodrilos debajo de la moqueta o alguien armado en la audiencia. Si en algún momento ven un punto de la CEE en alguna parte de mi cuerpo, por favor avísenme porque tengo que salir corriendo.
El caso es que podemos tener miedo a cosas tan simples como un examen o a insectos inofensivos, pero también podemos tener fobias incapacitantes. Una fobia puede provocarnos ataques de ansiedad, taquicardias y sudores fríos; nos falta el aire y sentimos una imperiosa necesidad de huir. Huir es la respuesta más natural al miedo, pero también existe lo que llamamos respuesta evitativa o conducta evitativa.
La conducta evitativa implica no solo huir del miedo cuando aparece, sino también evitar cualquier situación que creemos que podría generar ese miedo. Imagina lo mucho que esto puede condicionar nuestro día a día. Pero, ¿qué pasa si no podemos evitar ese miedo? Por ejemplo, si tenemos un examen importante o nos va mal en el trabajo. La respuesta es enfrentarnos a él.
Lo más paradójico de todo es que la forma más efectiva y eficiente de gestionar un miedo es enfrentándonos a él. Permíteme confesarte algo: tengo pánico a las alturas. Quiero contarte una historia personal sobre esto. En mi casa tengo una consola de realidad virtual y me compré el juego de Spiderman. Imagínate, yo en casa, de pie con las gafas puestas, jugando por primera vez.
Al principio estás con tu avatar practicando diferentes tipos de armas, en este caso telarañas. Y cuando ya estás listo, te subes a una grúa. Ahí fue cuando empecé a sudar. Mi primera reacción fue dar unos pasos hacia atrás hasta tocar el sofá con las piernas y decirme a mí mismo: “Estás en el salón de tu casa”. Pero luego la grúa se rompió.
Imagínate cómo me sentí en ese momento. Se suponía que debía haber cogido la grúa con las telarañas, pero no fui capaz ni siquiera con mi respuesta ficticia dentro del juego tuve que quitarme las gafas sin saberlo me iba a exponer directamente al miedo.
Cómo funciona la realidad virtual
En psicología utilizamos la realidad virtual para exponernos a nuestros miedos de una forma segura. Nos ponemos unas gafas y vemos un entorno en 3D creado por ordenador. Lo interesante es que podemos interactuar con ese entorno: mirar en todas direcciones, hablar y contactar con los avatares, movernos en el espacio.
Por ejemplo, en el escenario del video, el profesional que nos acompaña puede modificar el entorno: puede haber público o no, pueden hacernos preguntas o incluso increparnos. Puede haber distracciones como risitas o bostezos. Es como un videojuego donde vamos superando dificultades cada vez mayores.
El objetivo es que cuando nos enfrentemos a esa situación en la vida real, ya hayamos gestionado nuestro miedo con éxito porque hemos practicado virtualmente. Además, llevaremos un sensor biométrico en los dedos que reflejará automáticamente nuestro estado emocional y físico a través del pulso y la sudoración.
El profesional estará allí para ayudarnos y enseñarnos herramientas para gestionar la situación de manera exitosa. ¿No te parece genial?
No solo fobias
Pero la realidad virtual no solo funciona para las fobias. También es útil para otras patologías como la depresión, ansiedad generalizada, adicciones, trastornos obsesivo-compulsivos y trastornos alimentarios. La realidad virtual puede ser una gran ayuda en salud mental.
Podemos practicar nuestros superpoderes y aprender nuevas herramientas para sobrevivir fuera de nuestra zona de confort con éxito. La ficción se convierte así en ciencia. ¡Es asombroso!
Así que, si alguna vez te encuentras con la oportunidad de probar la realidad virtual en el ámbito de la salud mental, no dudes en hacerlo. Te aseguro que puede ser una experiencia transformadora.
La realidad virtual es una herramienta poderosa para gestionar nuestros miedos y superar nuestras limitaciones. A través de ella, podemos enfrentarnos a situaciones temidas de forma segura y practicar nuevas habilidades para afrontarlas con éxito en el mundo real.
No importa si es una fobia incapacitante o cualquier otro trastorno mental, la realidad virtual puede ayudarnos a mejorar nuestra salud mental y alcanzar nuestro bienestar emocional.
Así que no tengas miedo, ponte las gafas y adéntrate en un nuevo mundo donde podrás conquistar tus miedos y convertirte en el héroe de tu propia historia.