Supera los obstáculos y escucha tus vocecitas internas
Imagínate a un joven experto en el mundo digital, con un carisma desbordante y una sencillez cautivadora. Ha ganado el corazón de su audiencia y es un influencer con más de 1.000.000 de seguidores. Vi su charla en TEDx y ¡te aseguro que cambiará nuestras vidas! Sigue leyendo.
Hola, ¿alguna vez te ha pasado que tienes una vocecita en tu cabeza que constantemente te juzga y te dice que no puedes hacer algo? A mí me sucede todo el tiempo. Parece que soy mi propia crítica más dura. Cuando creo que estoy cantando bien, esa vocecita aparece y me dice lo horrible que sueno. Si pienso que estoy bailando bien, la vocecita me dice lo espantoso que bailo y cómo hago el ridículo.
Desde pequeña viví una infancia complicada. Me quedé a vivir sola con mi nana y siempre la veía triste, lo cual me preocupaba mucho. No quería que se sintiera sola o deprimida, así que buscaba formas de hacerla feliz. Pero también estaba triste yo misma, aunque siempre tenía esa vocecita diciéndome “¿Qué importa? ¿Qué puede salir mal?”
Un sueño frustrado
Tenía un gran sueño cuando era niña: participar en un concurso de talentos para niños llamado “Pequeños Talentos”. Con esa vocecita en mi cabeza diciendo “¿Qué importa? ¿Qué puede salir mal?”, decidí intentarlo y mostrar mi pasión por el baile árabe.
Llegué a la primera fase del concurso moviendo mis caderas al ritmo de la música árabe. La vocecita seguía allí diciéndome “No lo vas a lograr, estás haciendo el ridículo”, pero yo seguía adelante pensando “No importa, todo va a salir bien”. Pasé a la segunda fase y sentí como si estuviera cerca de ganar el concurso. Pero de repente, vi a los productores sacudiendo la cabeza y supe que mi sueño se había terminado. Le estaba dando la razón a esa vocecita malvada que me decía “Te lo dije, no lo ibas a lograr”.
En ese momento llegó mi mamá y me dijo que bailaba árabe de manera increíblemente hermosa, pero sabía que era solo porque era mi mamá y siempre me diría cosas bonitas. Después de darle la razón a esa vocecita malvada, tuve que seguir adelante y encontrar algo más en lo que pudiera ser feliz.
El poder de hacer reír
Siempre me ha gustado hacer reír a las personas que me rodean, especialmente a mi mamá y mis hermanas. Me disfrazaba y grababa videos haciendo locuras para hacerlas reír. Tenía mucho tiempo libre ya que estudié en una escuela abierta, así que podía dedicarme a hacer tonterías.
Luego, en 2013 surgió una aplicación para compartir videos cortos llamada Vine. Como tenía tanto tiempo libre, decidí empezar a crear contenido divertido para subirlo allí. Y de repente, mis videos se volvieron virales y empecé a tener más seguidores en Vine que amigos en Facebook.
Fue un cambio impresionante para mí darme cuenta de que podía vivir haciendo algo tan divertido como crear videos cómicos. A los 15 años ya podía mantenerme económicamente gracias al éxito en Vine. Pude callar momentáneamente a esa vocecita malvada y decirle en su cara “Lo logré, estoy muy contenta”.
En busca de nuevos sueños
Tenía otro sueño en mente: mudarme a la Ciudad de México. Yo era de provincia y quería vivir en la gran ciudad. Así que utilicé mi primer pago por los videos en Vine para hacer realidad ese sueño, sin importar lo que pudiera salir mal.
Cuando llegué a la Ciudad de México, tanto yo como mi hermana no teníamos trabajo. Pero poco a poco fuimos encontrando oportunidades. A mí se me presentó la oportunidad de estudiar cine con una beca del 100%. Decidí callar completamente a esa vocecita que decía “No puedes” e ignorarla por completo diciendo “¡Claro que puedo!”.
Acepté entrar a estudiar cine y también acepté conducir un programa de televisión, protagonizar una obra de teatro e incluso hacer comerciales. Me entregaba completamente a todas mis tareas y ensayos, pero obviamente no siempre lo hacía perfecto. Era un caos total y esa vocecita tenía razón al decirme que no podía hacerlo todo.
Estaba fallando con las personas importantes en mi vida: llegaba tarde, me quedaba dormida, no contestaba mensajes y descuidaba mis relaciones personales. Tenía que pedir disculpas constantemente por fallarles. Fue entonces cuando entendí que el mantra “¿Qué importa? ¿Qué puede salir mal?” funciona para cometer grandes errores.
El equilibrio entre las voces
Pero también entendí que no puedo dejar que esa vocecita me dicte cómo me siento ni lo que puedo hacer. Es horrible cuando esa vocecita te habla y te dice que lo estás haciendo mal, como en mi caso, con el dibujo. Cada vez que intento dibujar y siento que no lo hago bien, esa vocecita aparece y me escupe en la cara.
Definitivamente, encontré un balance entre esas dos voces internas: la voz del “¿Qué importa? ¿Qué puede salir mal?” y la voz del “No puedes”. Aún no he encontrado ese equilibrio por completo, pero estoy trabajando en ello. Por ejemplo, acepté dar este texto hace cinco minutos y creo que salió más o menos bien.
Lo importante es entender que esa vocecita negativa solo es una parte de ti misma. No debe dictar cómo te sientes ni limitarte en lo que puedes lograr. ¿Cuántas veces has escuchado a esa vocecita diciéndote “No puedes” y has dejado de intentarlo?
A través de esta charla TEDx he aprendido la importancia de encontrar un equilibrio entre las voces internas negativas y positivas. No debemos permitir que esa vocecita nos detenga ni nos limite en nuestros sueños.
Cada uno de nosotros tiene el poder de decidir qué voz escuchar: si la del miedo o la del coraje. Debemos aprender a ignorar los pensamientos negativos y enfocarnos en nuestras pasiones y metas.
No importa cuántos errores cometamos en el camino hacia nuestros sueños; lo importante es seguir adelante, aprender de ellos y no dejar que esa vocecita nos detenga.
Así que la próxima vez que escuches a esa vocecita diciéndote “No puedes”, recuerda que tú tienes el poder de decirle “Claro que puedo”. No permitas que te limite y sigue luchando por tus sueños.