Supera tus límites y alcanza tus sueños

Imagínate a una conductora divertida, creativa y perseverante. En una charla TEDx, descubrí su asombrosa perspectiva sobre enfrentar miedos y luchar por metas. Este artículo te inspirará y hará reflexionar sobre tu vida. Sigue leyendo y descubre el increíble mundo de esta carismática TV Host!

Hace algún tiempo, asistí a una entrevista de trabajo en una gran empresa. Cuando me pidieron mencionar tres cualidades y tres defectos, sin pensarlo mucho, dije que era perfeccionista. Pero ¿sabes qué? Esa respuesta no fue del todo acertada.

El perfeccionismo es como una plaga que nos hace creer que siempre se puede hacer mejor y mejor. Nos lleva a perseguir expectativas imposibles de alcanzar y nos hace sentir infelices e insatisfechos con lo que somos y hacemos.

Transformando sueños en planes de vida

Desde hace dos años, imparto un taller llamado “Transforma tus sueños en plan de vida”. En este taller, la gente se acerca a mí para contarme sus sueños, planes y proyectos. Tienen todo claro: cómo, cuándo, dónde, por qué y con quién quieren lograrlo. Sin embargo, acto seguido empiezan a enumerar las razones por las cuales no pueden hacerlo.

No importa la ciudad ni la edad de estas personas; siempre encuentran excusas como “empecé muy chico” o “es muy tarde”, “no estoy preparado” o “no tengo los contactos necesarios”. Siempre están esperando algo: un inversionista millonario o un cazatalentos que crea en su idea.

Yo también estuve ahí alguna vez. Estaba llena de razones para no ir tras lo que realmente quería: comunicar ideas, contar historias y usar mi voz en el mundo del entretenimiento. Tenía todas las excusas posibles: falta de experiencia en el medio, falta de estudios en comunicación o actuación, falta de contactos y hasta la falta de un cuerpo “perfecto” para estar frente a las cámaras.

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Pero te contaré algo: ninguna de esas razones fue suficiente para seguir engañándome a mí misma. Llegó un punto en el que me pregunté qué me contaría cuando tuviera 80 años y recordara que no fui tras aquello que tanto quería. El “hubiera” existe y persiste en nuestra mente, siempre nos atormenta con lo que podría haber sido si nos hubiéramos atrevido.

El día que decidí empezar

Un día, empacé mis miedos y sueños en una maleta y comencé el viaje que me trajo hasta aquí. No tenía experiencia ni estudios en comunicación o actuación; tampoco tenía financiamiento para mis sueños. Comía pan tostado dos veces al día mientras dormía en el sofá de diferentes amigos.

Pero eso no importaba, porque estaba aquí por las razones correctas. No tenía un cuerpo “perfecto”, pero eso me obligó a tener algo más que ofrecer cuando estuviera frente a la cámara. Y aunque mis manos nunca dejaron de moverse, eso se convirtió en mi distintivo personal.

Llega un momento en el que todas las excusas caducan y nos damos cuenta de que estamos perdiendo la oportunidad de vivir la vida como realmente queremos. Estamos esperando ese momento perfecto para empezar, esa oportunidad ideal o esa persona perfecta para complementarnos.

La búsqueda constante de la perfección

La cultura japonesa entiende esto muy bien. Tienen un arte tradicional llamado “kintsugi”, en el cual reparan piezas de cerámica rotas con adhesivo y luego las rocían con oro, convirtiéndolas en piezas aún más valiosas. Ellos comprenden que las grietas y las imperfecciones cuentan historias.

Así somos nosotros, los seres humanos. Estamos llenos de grietas, cicatrices e imperfecciones, pero son esas mismas cosas las que nos hacen únicos y valiosos. No necesitamos alcanzar una perfección inalcanzable; lo importante es empezar desde donde estamos, con lo que tenemos.

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El antídoto contra el perfeccionismo

La buena noticia es que hay un antídoto para el perfeccionismo: empezar. Empezar hoy mismo, sin esperar al momento perfecto o a todas las circunstancias ideales en nuestra cabeza.

Saltar al vacío puede ser aterrador porque no tenemos certeza de nada, pero solo así comenzaremos a romper el “hubiera” y los fantasmas que nos atormentan. Solo saltando al vacío podremos descubrir nuestras alas y medir su tamaño y fuerza.

No necesitamos esperar a tenerlo todo bajo control; la vida no funciona así. Las reglas van cambiando todo el tiempo y pensar que no estamos listos para algo es una buena manera de nunca hacer nada.

No te engañes más con excusas y cuentos que te impiden ir tras lo que realmente quieres. El perfeccionismo es una carga enorme, una losa en nuestra espalda. La vida no espera a que todo sea perfecto; solo nosotros nos estamos perdiendo la oportunidad de vivirla plenamente.

Empieza hoy, desde donde estás y con lo que tienes. No esperes al momento perfecto o a todas las circunstancias ideales. Salta al vacío y descubre tus alas. Las grietas y las imperfecciones son parte de tu historia, úsalas a tu favor.

No permitas que el “hubiera” gobierne tu vida. Decídete a vivir sin miedo, sin buscar la perfección inalcanzable. Empieza ya y verás cómo las cosas empiezan a tomar forma.

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